La hijastrastra tenía una vagina tan apretada que parecía que nunca antes había tenido relaciones sexuales, y eso lo hacía sentir más atractivo y masculino.
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La estrechez de la vagina de Claudia hizo que su amante quisiera penetrarla una y otra vez, experimentando un éxtasis cada vez mayor en el apartamento.
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La hijastra era una chica muy coqueta que siempre se movía de manera provocativa, lo que lo hacía desearla más y más cada día.
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